Soy santiaguino, de Chile. 

 

Y aunque me crié en la gran ciudad, siempre me he considerado una persona poco urbana. Como buen citadino, mi primer contacto con la naturaleza fue mi gato y mi perro.

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Estudié ingeniería comercial y me di cuenta de que no era lo que me gustaba.

 

Con el tiempo conocí las montañas y los bosques, las aves que me acompañan en todo momento, los viajes, las personas y las experiencias que hay detrás de cada aventura. Me empecé a enamorar del entorno, de sus colores y sus sentidos.

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Decidí hacerme con una cámara. Era demasiado injusto dejar todas esas emociones guardadas en la memoria, había que desahogarlas de alguna manera. 

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Es mi manera de interpretar los sentimientos, a través de mi pasión y mi trabajo.

 

Dicen que el tiempo lo cura todo. Para mí, la naturaleza y la fotografía también.